¿Víctima de la violencia doméstica?

Los dos meses de encierro en Francia han provocado un aumento de la violencia doméstica, que ha supuesto la mayor parte de las detenciones policiales durante este periodo (según el artículo de Le Monde del 25 de abril de 2020 "Violencia doméstica: "El encierro se ha convertido en una herramienta más para los agresores"). En Europa se ha producido incluso un aumento del 60% de las llamadas de mujeres víctimas de violencia doméstica durante el encierro.
#¿Cómo reaccionar si eres víctima o testigo de violencia doméstica o si lo sospechas?
La violencia doméstica es un ataque voluntario a la integridad de la otra persona, una sujeción, un condicionamiento del que es difícil escapar cuando se es víctima. No sólo es física o sexual, sino que también puede ser psicológica, y es la forma más frecuente de violencia contra las mujeres en Francia: cada año, diez de cada cien mujeres de entre 20 y 59 años son víctimas de la violencia de su pareja. También es el caso de tres hombres de cada cien (según un artículo de Monde del 10 de abril de 2015 "Hommes battus: des chiffres pour comprendre une réalité méconnue"). Sin embargo, el miedo, la pérdida de confianza en sí misma, la negación o la vergüenza hacen que sólo una de cada cinco mujeres víctimas de la violencia doméstica presente una denuncia.
#¿Quiénes son las víctimas de la violencia doméstica?
No existe un perfil típico de mujer víctima de la violencia doméstica y cualquier mujer puede encontrarse un día en su vida bajo la influencia de un cónyuge que a menudo tiene dos caras (encantador en la sociedad y torturador en casa). También hay que tener en cuenta que los hombres también pueden ser víctimas de su pareja. En todos los casos, la víctima nunca es responsable de la violencia que sufre.
#¿Qué hacer si es víctima, testigo o sospechoso de violencia doméstica?
Lo primero que hay que hacer al acompañar a una víctima de violencia doméstica es hacerle saber que entiendes lo que está pasando y que estás dispuesto a apoyarla sin juzgarla.
Tranquiliza y valora a la víctima y utiliza la técnica de la reformulación, es decir, reformula todo o parte de lo que dice para demostrar que la escuchas con atención y tratas de entender lo que te dice, sin cuestionar sus palabras en ningún momento.
Evita hacer preguntas demasiado directas, contar experiencias personales o hacerle saber cómo ves las cosas. También es muy importante respetar sus decisiones si no quiere una ayuda más concreta, aunque no las entiendas.
Dejar un comentario