¿Siguen existiendo discriminaciones relacionadas con las normas?

La discriminación es "el acto de distinguir y tratar a alguien o a un grupo de manera diferente (casi siempre peor) del resto de la comunidad o de otra persona". Hoy en día, en Francia, las reglas han dejado de ser un tema tabú para la mayoría de la gente. Pero esto no es así en todas partes y sigue habiendo discriminación contra las personas que menstrúan.
¿Cómo se manifiesta esta discriminación?
En muchas partes del mundo, el acceso a la protección sanitaria, o simplemente a retretes seguros y agua limpia, por ejemplo, es muy difícil para las mujeres. La protección sanitaria es a veces inasequible para algunas mujeres, pero también se debe a las normas culturales y religiosas de algunos países.
En 2015, UNICEF informó de que una de cada diez niñas no iba a la escuela durante su periodo menstrual. Sin embargo, es esencial que los gobiernos aborden la cuestión del acceso a la protección sanitaria. En efecto, es esencial que las mujeres, y más aún las jóvenes, puedan gestionar sus ciclos lo mejor posible para que puedan seguir aprendiendo, para limitar la tasa de abandono escolar en estos países y ser así más libres. Además, la dificultad para acceder a una protección sanitaria adecuada aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades para las mujeres que se ven obligadas a utilizar trozos de tela, trapos o incluso hojas durante la menstruación.
Más allá del hecho de que algunas mujeres no tienen acceso a la protección sanitaria, sigue habiendo incoherencias y desigualdades en el acceso a la protección menstrual, incluso en los llamados países "desarrollados". Por ejemplo, se observa que el tipo impositivo de la protección sanitaria es igual o incluso superior al de los productos no esenciales. Esto envía el mensaje de que la protección sanitaria es superflua.
La discriminación también refleja el tabú que persiste en torno a la menstruación. En algunos países, la menstruación sigue considerándose algo sucio y vergonzoso. Por ejemplo, en algunas zonas rurales de Nepal, cuando las mujeres menstrúan se ven obligadas a aislarse, a vivir separadas de los hombres, porque es "cosa de mujeres" y no les concierne. Además del aislamiento, hay muchas restricciones para las mujeres durante sus ciclos, como la prohibición de tocar alimentos o entrar en lugares sagrados.
Además de humillar a las mujeres y reforzar el tabú en torno a la menstruación, este aislamiento refuerza la tasa de analfabetismo entre las jóvenes, que se ven así obligadas a perder aproximadamente una semana de clase al mes.
Otra discriminación que puede producirse es la vulneración de los derechos fundamentales. De hecho, en algunos países y debido a ciertas normas culturales y religiosas que persisten, las jóvenes cuando menstrúan son objeto de violencia sexual o se casan a la fuerza. De hecho, la menarquia (es decir, el comienzo de la menstruación) se percibe en algunos países como una señal de que las mujeres están listas para casarse o para ser sexualmente activas. Por lo tanto, son vulnerables a los abusos.
Algunas mujeres pueden recurrir a las relaciones sexuales pagadas para poder permitirse la protección sanitaria.
Sobre el mismo tema: Ser mujer en Afganistán bajo el régimen talibán.
¿Cómo luchar contra la discriminación?
Durante muchos años, las organizaciones de derechos humanos han tratado de alertar sobre la necesidad de tomarse en serio el tema de las normas y la discriminación y de aportar soluciones mediante la publicación de informes. Por ejemplo, en 2017, Human Rights Watch y WASH United publicaron una guía para los grupos de derechos de las mujeres y las niñas, con el objetivo de ayudar a estos grupos a abordar las cuestiones de higiene menstrual a nivel de derechos humanos.
El UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) distribuye toallas sanitarias a las mujeres que viven en zonas de crisis humanitaria.
A nivel más local, muchas asociaciones de derechos humanos y feministas (como Règles Élémentaires en Francia, por ejemplo) reclaman que la protección sanitaria menstrual sea gratuita, o al menos no esté sujeta a impuestos.
La menstruación es un fenómeno totalmente natural, que en ningún caso debe ser motivo de discriminación. Afortunadamente, cada vez son más las voces que se alzan para denunciar este tipo de discriminación, pero aún queda mucho camino por recorrer para que desaparezca toda la discriminación relacionada con la menstruación.
Elia apuesta por este enfoque con el objetivo de hacer más accesible la protección sanitaria a todas las mujeres. Por eso donamos el 10% de los beneficios de nuestras bragas menstruales a las asociaciones que luchan contra la inseguridad menstrual.
Fuentes: https: //www.unfpa.org/fr/menstruations-questions-fréquemment-posées & https://www.hrw.org/fr/news/2018/03/19/lhygiene-menstruelle-est-une-question-de-droits-humains
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