Cuando pensamos en algodón, solemos pensar inmediatamente en un material natural y no contaminante. El algodón es un material natural, pero eso no significa que no contamine. Más bien al contrario.
¿Por qué elegir algodón ecológico?
El cultivo y la transformación del algodón ecológico requieren mucha menos agua que el algodón convencional. El suelo libre de productos químicos retiene más agua. Esto se debe a que las sustancias químicas necesitan agua para diluirse. Además, para cumplir los criterios del algodón ecológico, no debe contener pesticidas, fertilizantes químicos ni OMG: es un material ecorresponsable.
Utilizar algodón orgánico en lugar de convencional reduciría el impacto climático de este cultivo en un 46%.
Favorecer el algodón ecológico significa proteger nuestro planeta, pero también a las personas que trabajan el algodón a lo largo de toda la cadena de producción, ya que no están en contacto con productos químicos. Elegir el algodón ecológico no sólo mejora las condiciones laborales de los trabajadores, sino también las de su entorno y las de los habitantes de las regiones algodoneras.
En Elia, hemos optado por utilizar algodón orgánico para nuestras braguitas menstruales, pero ¿por qué? En primer lugar, tras hablar con varios profesionales de la salud, todos nos confirmaron que el algodón era la mejor forma de cuidar la flora vaginal. Además, los materiales utilizados en nuestras bragas cuentan con la certificación Oeko-Tex, es decir, están libres de sustancias químicas nocivas para el medio ambiente y los seres humanos.
¿Cómo distinguir el algodón ecológico del convencional?
Gracias a las certificaciones, se puede distinguir el algodón ecológico del tradicional. La etiqueta GOTS (Global Organic Standard Textile), por ejemplo, garantiza que el algodón es ecológico. La etiqueta Oeko-Tex, por su parte, garantiza la ausencia de sustancias químicas nocivas para el organismo y el planeta.
¡Cuidado con confundir todas las etiquetas! La etiqueta BCI (Better Cotton Initiative), promovida por varias grandes marcas de moda rápida, sólo establece normas más estrictas para el cultivo del algodón en 24 países, pero en ningún caso impide lel uso de pesticidas, insecticidas y herbicidas.
¿Por qué el algodón tradicional es un desastre para el planeta?
El algodón tradicional representa 26.172.678 toneladas producidas cada año, lo que lo convierte sencillamente en la fibra natural más producida del mundo.
Pero el cultivo tradicional de algodón también representa el 25% del consumo total de pesticidas y fertilizantes químicos. También se utilizan muchos OMG en el cultivo del algodón.
El otro problema del cultivo tradicional del algodón es su necesidad de agua. El cultivo del algodón requiere enormes cantidades de agua. Una camiseta de algodón convencional requiere 2.700 litros de agua, el equivalente a entre 60 y 70 duchas. A modo de comparación, para producir un kilo de maíz se emplean 900 litros. Hoy en día, más del 50% del algodón mundial es de regadío. ¿Cuál es el resultado? En los países productores de algodón ecológico, como China e India, el acceso al agua potable se ha complicado. Un ejemplo bien conocido es el Mar de Aral, que se desecó en un 80% entre 1960 y 2000 como consecuencia de la producción de algodón. También se calcula que la mitad del algodón producido en Uzbekistán es fruto del trabajo forzado patrocinado por el Estado.
El algodón tradicional también es malo para la salud
Como ya se ha dicho, el cultivo convencional del algodón requiere un gran número de productos químicos para que la flor crezca y mejore el rendimiento. Los insecticidas, el cloro y los metales pesados son muy nocivos. Por ejemplo, si lcomparamos el cultivo de algodón con el de hortalizas, se necesitan 10 veces más productos químicos para producir algodón. Estos productos químicos son extremadamente nocivos para llos seres humanos y el planeta: cuando se pulverizan pesticidas y herbicidas, acaban en el suelo y luego se extienden a las aguas subterráneas, contaminando el suelo, el agua e incluso lel aire. Ahora sabemos que las sustancias químicas utilizadas para cultivar algodón son responsables de infertilidad, trastornos hormonales, depresión, enfermedades, cáncer y malformaciones congénitas. Algunas de las sustancias utilizadas están prohibidas en la Unión Europea l.
Un informe de France Info mostraba que el número de cánceres de piel ha pasado de 800.000 en 2001 a 1.200.000 en 2016 en la región india de Punjab (uno de los mayores exportadores de algodón del mundo). También en esta región de la India, se dice que hay un enfermo por familia en los pueblos rodeados de campos de algodón, debido a la producción de algodón.
Las condiciones de trabajo de los cultivadores de algodón son desastrosas, y las consecuencias de esta producción repercuten directamente en su salud. En los países en los que la legislación laboral es escasa o inexistente, la explotación de los niños sigue siendo la norma.
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